lenguaje verbal en el aula

El Lenguaje Verbal de las Percepciones en el Aula

Para entender el lenguaje verbal de las percepciones nos tenemos que remontar al principio de nuestra existencia. A partir del momento en que nacemos comenzamos a desarrollar la personalidad y, con ella, nuestra forma de percibir el mundo.

Si bien ya hemos experimentado la emoción antes de nacer, la interacción con las personas que nos rodean nos empuja a inclinarnos hacia una forma de experimentar la vida, por ende, hacia una forma de percibirla. Si bien esta puede evolucionar, nuestro estilo perceptivo preferente marca el tipo de lenguaje verbal con el que nos sentimos más cómodos y así se manifiesta en el aula.

Muchos modelos de estudio de la personalidad muestran una clara conexión entre el tipo de lenguaje y el estilo perceptivo. Como ejemplos podemos encontrar los arquetipos de Eneagrama o los de Process Communication Model®.

Los estilos perceptivos y su categoría de lenguaje preferido

El tipo de lenguaje verbal que usamos habitualmente no lo adoptamos de forma aleatoria. Nace de la experimentación y el procesamiento de una serie de situaciones y está vinculado a unos parámetros que se asocian a la percepción. Estos, incluyen el tipo de expectativas que tenemos y el reconocimiento que buscamos para satisfacerlas; los retos existenciales que se nos presentan; la forma de interactuar con los demás y también nuestro tipo de estrés.

Si lográramos detectar dentro del aula los estilos perceptivos a través de su categoría de lenguaje preferido, nos daríamos cuenta de que todas las personas que comparten un estilo perceptivo tienen un gran número de características en común. El lenguaje verbal y el corporal son solo dos de ellas.

Esto se puede aprender observando, aunque también estudiando a fondo la personalidad a partir de modelos como los que he mencionado anteriormente. Veamos entonces cómo podemos interpretar las percepciones a través de la forma en cómo se expresan nuestros alumnos:

  • La Intelectualización recurre a un lenguaje analítico y preciso cuando es de carácter lógico y un lenguaje vinculado a los valores y opiniones cuando se rige por las creencias. Dos términos básicos que lo reflejan «pienso que…» o «creo que…».
  • La emoción usa el lenguaje de los sentimientos: «lo siento…», «perdona…» .
  • La abstracción apela a la imaginación: «puede que…», «quizás…».
  • La acción habla desde la determinación o la necesidad de interacción: «yo digo que…» o «qué tal si…»

La mayoría de las personas experimentamos cambios en nuestra vida que nos impulsan a desarrollar habilidades de varios estilos perceptivos. Nuestras necesidades psicológicas y el tipo de cosas que nos estresan pueden cambiar a lo largo de la vida. Sin embargo, nuestra forma de expresar, aunque vaya evolucionando, está de forma natural asociada a la manera en que percibimos el mundo.

El hecho de usar un lenguaje determinado, no significa que no usemos formas de diferentes de decir las cosas, pero es cierto que nos acomodamos a expresarnos según la forma en que percibimos las cosas.

Cómo impacta el lenguaje verbal de las percepciones en el aula

Para explicar cómo impacta el lenguaje verbal de las percepciones en el aula, voy a poner un ejemplo. Un alumno quiere expresar su desacuerdo. Levanta el tono de voz, se impone sobre los demás incluido el instructor. Está impaciente y actúa de forma arrolladora. Está mostrando un lenguaje de estrés de una persona que se mueve a través de la acción.

No hay un lenguaje perceptivo mejor o peor. La forma en cómo se expresa una persona que culpabiliza a los demás, no es peor que el de una que se victimiza. Ambos son negativos y muestran inseguridades diferentes. Por eso, no debemos compararlos.

Por otro lado, cuando los instructores experimentamos por primera vez una muestra de estrés de nuestros alumnos, esto nos sirve para aprender a anticipar situaciones en un futuro y nos permite establecer los canales de comunicación adecuados.

Para adaptar nuestro canal de comunicación tenemos que pensar, por ejemplo, qué es lo que está pidiendo un alumno que se expresa de forma impetuosa, incisiva o directa. Lo más probable es que necesite ver también tu ímpetu para constatar que eres tú la persona que está al mando del aula. Si no lo haces, lo estarás invitando a que dude de ti o a que tome el mando el mismo alumno.

De igual forma, cuando un alumno se sonroja y le tiembla la voz, se mueve a través de la emoción y del sentimiento que crea con sus pensamientos. Por esta razón, todo lo que tú puedas hacer para prevenir la falta de reconocimiento de antemano aliviará la posibilidad de que entre en estrés.

En el aula de idiomas se dan situaciones tensas de forma cotidiana. Lograr prevenirlas y manejarlas es lo que te permite obtener los mayores índices de armonía y es una garantía de obtener una reacción positiva por parte de la mayoría de tus alumnos.

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